El fracaso de Compromís (Podemos) en la gestión y procedimientos del sistema de protección de menores de la Comunidad Valenciana ha abierto un nuevo frente a Ximo Puig (PSOE) tras conocerse que un grupo criminal drogó y violó a dos niñas en situación de desamparo, de 14 y 16 años, durante 10 días en una casa abandonada de Gandía.
Dos temas con ramificaciones personales han salpicado tanto al presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, como a la vicepresidenta, Mónica Oltra. Y en ambos, uno y otro han optado por entrometerse lo mínimo para dejar a su socio de gobierno resolver por su cuenta la papeleta y, sobre todo, para evitar compartir coste político más allá de la lógica defensa del compañero. Así lo hizo la líder de Compromís cuando el barón socialista se vio envuelto en la polémica por la actividad empresarial y las ayudas públicas recibidas por su hermano Francis Puig, y así lo ha hecho ahora el propio Puig, que ha evitado inmiscuirse en la estrategia de Oltra para hacer frente al escándalo por las denuncias de abusos sexuales a menores tutelados.
Fuentes de Presidencia confirman que en ningún momento el jefe del Consell ha pedido a Oltra dar explicaciones tras la denuncia del PP de que se han producido 175 casos de abusos a niños bajo la tutela de la Generalitat y, por tanto, de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas que dirige la cabeza visible de Compromís. En la misma línea, desde el departamento de la vicepresidenta se asegura que ha sido ella la que ha tomado la iniciativa de pedir su comparecencia en las Cortes para dar cuenta del informe de su Conselleria en el que se basa uno posterior del Síndic de Greuges (el defensor del pueblo valenciano). Este último es el que el PP ha utilizado para sostener la existencia de centenares de menores víctimas de abusos, que la Conselleria reduce de momento a «sospechas».