Acompáñenme en esta triste historia.
Por problemas familiares renuncio a un viaje a Grecia. Dos semanas con los gastos pagados. Incluye un viaje en yate privado por las islas.
Así que me busco otro viaje: Inglaterra, ir a ver a la familia.
Entonces viajo hasta Palma de Mallorca. Es un enlace. De ahí llegaré a la Pérfida Albión. Sólo tengo que aguantar 16 horas hasta el siguiente vuelo.
Mato cuatro horas en la ciudad. Paso el resto en la terminal, leyendo a Bukowski. El vuelo hasta se retrasa.
Pero estoy a punto de entrar. ¿Y qué sucede? Que soy idiota. El DNI. Siempre he viajado con el DNI. Toda la zona Shenghen o como se escriba. Hasta una vez volé sin identificar. Hasta viajé a Palestina a golpe de… mentirijillas, nada de documentos. No vaya a ser que en Tel Aviv te devuelvan a casa.
Pero hoy el sistema ha podido conmigo. Me he pasado de listo. El Brexit manda a tomar viento cualquier convención. UK pasa a ser la excepción. Con DNI no se viaja. Me dejan en tierra.
Y ya había cambiado 100€ en libras. Me cago en mi estampa. No se puede ser más lelo.
Así que ahora estoy en el aeropuerto de Palma si nada que hacer, somnoliento, bebiendo San Miguel con el teclado bluetooth on fire.
¿Qué haríais vosotros en mi lugar? La gente de Palma, porfa, soltaos y decidme dónde hay misa, putas y cocaína. Que el facha no nace, se hace.