Videojuegos, series, películas, libros, comics, porno, música, redes sociales, porno, juegos de mesa, deportes, cocinar, escritura, porno… en definitiva, aficiones. Todos tenemos varias a las que le dedicamos nuestro tiempo en mayor o menor medida. Algunas tienen el honor de convertirse en algo más por pura pasión y en algunos casos incluso llegan a convertirse en trabajo.
Pero no me voy a ir tan lejos, ya que me quedo en aquellas que van a atacar al ocio puro y duro, al pasatiempo como tal que nos haga pasar el rato entre una tarea del día y la siguiente en nuestro tiempo libre. Es durante este momento cuando gastamos lo más valioso que tenemos (el tiempo) de una manera completamente libre.
Perfecto ¿Cuál es el problema? Pues bien, que me parece que hemos olvidado el concepto de entretenimiento puro y duro. Con el paso del tiempo hay un ambiente muy exigente y de escrutinio con todo aquello que implique gastar nuestro tiempo en algo que sea obra de alguien ajeno.
En casa podemos estar tocándonos los huevos 1 hora con el móvil en el sofá viendo memes y respondiendo a chorradas en redes sociales, pero como se dedique ese rato a ver un capítulo de algo y como no sea la mejor experiencia que se haya tenido, faltarán caracteres para ponerlo a parir. O al menos esa es la impresión general que me da en mayor medida la gente cuantas más plataformas y medios tiene para expresarse.
Cuando el tiempo es nuestro pero el medio no (como al leer un libro, o jugar a un juego que no los hacemos nosotros sino jugamos), se tiende a elevar muchísima la exigencia de lo que se quiere a cambio. En parte es lógico puesto que lo que se le dedica a A no se puede hacer con B y nunca, jamás, se podrá recuperar en caso de sentirse decepcionado.
Quizás sea por eso que si hemos terminado una película y no ha dejado huella o no ha despertado un algo en el interior, se juzgue severamente. Sin embargo ¿era ese el cometido de esa película? ¿lo es de cualquiera de esa aficiones que hemos elegido voluntariamente para pasar el rato?
El hilo que emocionó a Spielberg
Pues creo que, en esencia, no, ese no era su cometido. Ni el de ninguna otra obra cuyo cometido sea el entretenimiento puro y duro. Hay una diferencia entre recibir un producto malo (imaginemos que la iluminación y audio de una obra de teatro es nefasta) y otra, que cumpla su cometido de centrar nuestra atención durante un rato y que nos olvidemos de otras cosas.
Y aquí creo que radica mi sensación al respecto. Cada vez veo a menos gente apreciar el hecho de que ese juego, libro, serie, crucigrama o lo que sea haya estado ahí durante unas cuantas horas dándote algo que hacer. Quizás no te haya convertido en una persona distinta pero seguramente esa conversación con el vecino tampoco, ni ese paseo por el parque cuando tenías 30 minutos. Entonces ¿por qué le exijo tanto a esa comedia o manga?
Analizando con lupa ese guion del 3er capítulo que acabas de ver
Pues porque el tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos no lo podemos juzgar del mismo modo, y al sentir esa "obligación" de gastarlo en otra cosa ya suenan las alarmas y hay que valorar, en gran medida, si compensa el tiempo más allá de la propia calidad del producto o lo que nos haya aportado.
Y me parece una lástima. Quizás sea mi propia personalidad más jovial de tocar todos los palos que pueda y de haber aprendido tantas cosas gracias a todo lo que he visto, leído y jugado, que me quedo con lo positivo. Pero también es una pena que, muchas veces, exista una opinión negativa de algo que, en esencia ha cumplido su cometido de entretener cuando lo ha hecho genuinamente al igual que puedes comer algo que esté bueno, sin más porque su función es alimentar.
No quiero decir que no hayan grados de calidad en todas esas disciplinas, que son tanto objetivas (más detalles en conjunto, mejor puesta en escena, solidez de historia/guion, mecánicas adictivas, etc) como subjetivas (que te toque esa fibra o abarquen una temática que te sorprende o llega un poco más allá). Y cuando uno encuentra ese unicornio está claro que disfruta como un bebé recibiendo pecho.
Descubrir estos productos superiores y querer que todo lo que consumimos nos ofrezca ese mismo grado de satisfacción es entendible, pero la realidad nos dice que eso no puede ser. Ni todos los partidos de fútbol son iguales, ni conciertos, ni scape rooms… ni siquiera quedar con amigos es siempre igual de estimulante.
Así que, no se, realmente me gustaría ver quizás algo más de positivismo en general (y no sólo en este ámbito, sino en la sociedad como tal) que se agradezca lo que se aprende, lo que se disfruta y si te ha aportado algo que se destaque también y no siempre buscar lo negativo.
O quizás simplemente sea que sumergirse en cualquier cosa que quite el estrés que uno tiene sea motivo suficiente para alegrarse y verlo válido para pasar el rato.