Hay spoilers de Final Fantasy, Dragon Quest, y demás.
Era joven, no tenía mucha idea de la vida cuando ayudé a Yuna a destruir sus eones. Mientras sonaba la impresionante pieza de Junya Nakano, A Contest of Aeons, me aferré a la realidad del momento más brutal de Final Fantasy X: No iba a acabar simplemente con la narrativa del juego destruyendo a su jefe final, sino que tenía que erradicar el viaje de Yuna hasta los huesos, tirando de los últimos hilos de su fervor religioso hasta que la base de su creencia en Yevon se redujera a la nada. El final del juego ocurre en una espiral que te lleva desde lo más alto y álgido de tu camino como peregrino hasta el momento que destruyes en todo lo que se basa la sociedad de Spira.
¿Qué decir de Dragon Quest XI? Una historia simple y sencilla de buenos contra malos, llevada al siguiente nivel donde detrás de un enemigo hay otro más poderoso, buscando el momento perfecto para seguir avanzando la historia del grupo y poco a poco descubrir que hay que erradicar el mal…
Volvamos a mi juventud con Final Fantasy X.
Madrugar para continuar.
Hasta ese momento, Final Fantasy X había consumido gran parte de mi tiempo libre durante casi un año. En 2006, no podía permitirme el lujo de jugar hasta altas horas de la noche. Sin dejarme intimidar por cualquier enemigo que intentara parar mi camino y que pudiera alejarme de mi amado RPG, jugué el juego en pequeños trozos hasta que finalmente me enfrenté al final del viaje. Mi tiempo libre por las tardes al acabar los deberes se destinaba a leer y releer las guías que regalaban las revistas de videojuegos españolas. Recuero dar el sprint final en una televisión estilo triniton en el comedor de mi casa, con la PS2 FAT que me regalaron para mi comunión que duró y duró, una maravilla de la electrónica creada por los japoneses de SONY. Volviendo al tema, recuerdo un final madrugando en las vacaciones de navidad.
Entonces, estaba allí. El final del juego.
Yuna: "Todos hemos perdido algo valioso. Todos aquí hemos perdido hogares, sueños y amigos. Ahora, Sinh está finalmente muerto. Ahora, Spira es nuestra de nuevo. Trabajando juntos, ahora podremos crear nuevos hogares y nuevos sueños. Aunque sé que el viaje será duro, tenemos mucho tiempo. Juntos, reconstruiremos Spira. El camino está por delante, así que empecemos hoy. Sólo, una cosa más... la gente y los amigos que hemos perdido, o los sueños que se han desvanecido... Nunca los olvidéis".
Jugar a RPG en mi adolescencia era un trabajo a tiempo parcial. Antes de Final Fantasy X, mi incipiente descubrimiento del titánico género había incluido títulos como Golden Sun, Final Fantasy VIII en mi PSX pirata que tenía chetos incorporados, Pokémon... De niño había sido un lector voraz, (me obligaban mis padres y se lo agradezco). A pesar de su larga duración, los RPG ocupaban un lugar especial en mi mente que sobresalía por encima de todo lo demás en el medio. Kingdom Hearts y Star Wars: Knights of the Old Republic o Final Fantasy XII me transformaron en un adicto a los juegos de rol, pero no era tan sencillo como golpear a los enemigos con una espada o personalizar mis estadísticas. Fue la narrativa lo que me consumió, y la increíble satisfacción de terminar un juego tan largo.
RPG a través de la vida
Hace tiempo que dejé atrás los días en que tenía que esconder mi Game Boy Advance bajo la almohada. Desde hace tiempo, mi tiempo es totalmente mío. A pesar de mi años de adulto, el tiempo dedicado a los juegos después de mi decimoctavo cumpleaños no ha hecho más que aumentar. Los juegos de rol han sido durante mucho tiempo mi puerta de entrada a un lugar mejor, ausente de los aburridos problemas de mi vida cotidiana. El tiempo que paso con ellos no ha cambiado, y ahora me resulta más fácil que nunca alcanzar ese final satisfactorio.
A pesar de la cantidad de gente que se toma la molestia de jugar a un RPG largo (que, hoy en día, puede superar ampliamente las cien horas de juego), parece que cada vez son menos los que los terminan. Esto tiene sentido cuando piensas en tener que compaginar una historia titánica con tus responsabilidades vitales, y como alguien que juega constantemente a títulos antiguos, me hace sentir un profundo respeto por los RPG de los años 90 y principios de los 2000. Chrono Trigger, que es sin duda uno de los mejores juegos del género, puede terminarse en menos de treinta horas. Cada entrada de la serie Xenosaga ronda las 35. Final Fantasy VIII, que en su momento fue la entrada más larga de la serie, tiene una duración de unas 40 horas. Los títulos clásicos de Final Fantasy anteriores a Final Fantasy VII son incluso más cortos, con historias que muchas veces parecen inconexas o que han tenido que recortar para que entrara en cartuchos y CD, pero aun y así terminaban con un final digno.
Recuerdo con cariño el verano en que completé Final Fantasy IX por segunda vez. Ya era adulto y tenía una PSP, una de las mejores consolas creadas en la historia, una verdadera máquina explotada por la comunidad para convertirla en una revolución de las emulaciones. Recuerdo un viaje en autobús a París y yo completando una de las luchas más difíciles del juego, Ark. Final Fantasy IX me recordaba mis momentos, ya muy borrosos de mi infancia, viendo como mi hermano jugaba y yo miraba porque aún era un "bebé", vivir otra vez la historia de Yitán, Garnet, Vivi... Final Fantasy IX, a día de hoy, contiene un carisma contagioso repartido entre un elenco de personajes increíblemente detallados. Sus arcos narrativos son satisfactorios y gratificantes, y sigue siendo un punto álgido de la emblemática serie. Recuerdo llegar al verano y mis amigos de verano y yo terminar el juego, poco a poco, completando algunos jefes y misiones secundarias. Juntos, navegamos de un rincón a otro de Gaia, con el corazón lleno de las esperanzas y las tragedias de los personajes que intentaban defender el planeta de la ira de Kuja.
Mientras veíamos a Yitán gritar su icónica frase: "¡Traedme a mi amada Daga!", sentimos ese mismo escalofrío eufórico, ese toque agridulce de dejar atrás a todos esos personajes que habíamos disfrutado durante decenas de horas. El vacío que tienes al leer la carta de Vivi "Pero supongo que todos tenemos que decir adiós algún día." El único bálsamo para la tristeza de terminar un juego de rol tan grande es comenzar uno nuevo.
Llegar al final
Ojalá existiera una palabra única y definitiva para describir la sensación de ver los créditos finales de un juego de rol. No es lo mismo que el final de una película, aunque comparte algunos sentimientos con el cierre de un libro. Es agridulce, es triste, es alegre, es triunfante. Hay un anhelo ahí, y en eso puedo empatizar con aquellos que luchan por terminar sus historias en los RPG, incluso si están en el punto de guardado antes del jefe final. No queremos dejar atrás a estos personajes. No queremos ver morir a un protagonista querido o desvanecerse en la nada. Queremos sentir, como si, que estos mundos viven para siempre - y en muchos sentidos lo hacen. La aventura se mantiene en un ciclo amado, con cada viaje tan cercano como la selección de NUEVA PARTIDA.
No sé si algún momento me afectó tan profundamente como el final del Kingdom Hearts original. El último jefe fue destruido por la llave espada de Sora, y mi joven corazón vió con asombro cómo Sora y Kairi se separaban una vez más…
Sora: "Kairi, ¿recuerdas lo que dijiste antes? Yo también estoy siempre contigo. Volveré contigo, lo prometo".
Kairi: "¡Sé que lo harás!"
Con una explosión de emoción auditiva, Simple and Clean sonó en mi diminuto televisor(ya tenía tele propia) y vi cómo mis héroes eran destrozados de nuevo. Contemplé, atónito, cómo se iniciaba un nuevo viaje a pesar de que el que acababa de emprender se había cerrado tras una puerta firme. Con lágrimas en los ojos, dejé que los sentimientos me invadieran. Los juegos de rol, tanto antes como ahora, hablan directamente al alma.
Si eres de los que consideran que superar el reto de llegar a los créditos finales de un RPG es demasiado, te imploro que te sientes con uno de tus juegos favoritos y vuelvas a alcanzar esa cima. Se puede disfrutar mucho de estos maravillosos juegos, y aunque sea demasiado triste o desafiante, la inversión narrativa es inigualable. Hay una profunda satisfacción al llegar al final de estas increíbles historias y darse cuenta de que la gran recompensa al final de todos los buenos cuentos es ver las cosas terminadas.
Basado en un artículo de aquí.
¿Y tú, cuál es tu ultimo RPG que has terminado? ¿Qué sensaciones te dejó?
disculpad por el título clickbaity, así os animáis a leer 😜